sábado, 26 de noviembre de 2016

Post TRUTH

Post truth, verdad?

El discurso político.
Mi cabeza le da vueltas.
Como si estuviésemos en una pots verdad.
Como si antes hubiésemos estado en LA VERDAD.
Ja! y qué más!!
Un mundo donde el discurso político es puro marketing.
Lo que priva es vender, es decir lo que el cliente quiere oír.
¿Desde cuando los políticos han basado su discurso en la verdad?
¡Se han comprometido en cumplir lo que dicen!
Ja! y qué más!

Pánico

Lo que da miedo de este discurso "nuevo", de los Trump, Le Pen, Duarte, y demás...
Lo que da miedo es su desfachatez en disfrazar el discurso.
Lo que preocupa es su aire provocativo.
Lo que preocupa es su capacidad de engaño y seducción.
El alcance de sus mentiras y disfraces es ofrecer un Viernes Santo disfrazado de Navidad.

¿Cuál es su verdad?

Un mundo como el nuestro, donde se da más valor a innovación culinaria que al progreso.
Donde los héroes son los electrones que pululan por la TV.
Donde el anhelo es tener más que el vecino.
En este mundo pinta más el sentir que el ser.
Cuenta más sentir que ser feliz.
Su verdad no está al alcance de su público.

¿Qué camino?

Mucho me huelo que su discurso es el del superhombre de Nietzsche.
Un camino que condujo a cámaras de gas y a desastres impensables.
Dar a la razón a la sinrazón ha costado muy caro a la humanidad.
Las armas que tenemos son terribles.
No sólo armas bélicas.
Armas de destrucción masiva de las conciencias.
Armas de sueños imposibles.
Armas, que todas las armas, sólo tiene un fin: MATAR!


¿Qué podemos hacer?

Vistos los fracasos del discurso político clásico.
Vistos los fantasmas que surgen del pasado.
Precisamos un discurso vivo y real
Un discurso que dé vida a las palabras.
Un Occidente que crea de nuevo en sí mismo.
Árdua tarea tenemos por delante